Premios Darwin. La avaricia rompe...

     Un Premio Darwin reciente.
1 de octubre de 2010, un tal Andrew, con nada menos que 42 añitos, fue al Gran Cañón (el cañón del Colorado) con una brillante idea. Saltar una de las vallas de seguridad, bolsa en mano, para llenarla de las monedas que la gente tira para pedir un deseo. Hasta aquí todo bien, excepto porque no calculó que para volver a la zona de seguridad con una bolsa llena de monedas, necesitaba un salto un poco mayor... y sí, se precipitaron al vacío, él y la bolsa llena de monedas.

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