Premios Darwin. Si me ahorro unas monedillas, mejor que mejor.

Más de uno va a pensar "se lo merece", ya que el Premio Darwin 1995 se concedió a un hombre que fue aplastado hasta morir por una máquina de Cola de la que intentaba sacar un refresco gratis. ¿Por qué es esto tan extraordinario? Al parecer, según la policía e informes del depósito de cadáveres, el caballero en cuestión tenía aproximadamente 3 $ en monedas y 25 $ en billetes en su bolsillo. 
Por rata.